¿Por qué mi hijo es "tan patoso"?
TERAPIA OCUPACIONAL.
INTERVINIENDO DESDE EL ENFOQUE DE LA INTEGRACIÓN SENSORIAL.
¿Cómo es que soy capaz de reaccionar sin tan siquiera pensar, cuando experimento una caída? ¿Cómo puedo estar conduciendo sin prestar atención continuamente a la secuencia de movimientos que tienen que hacer mis manos y mis pies? Esto ocurre gracias a un correcto funcionamiento del cerebro y el sistema nervioso (SN), que cooperan para que podamos comunicarnos con el mundo y participar en las actividades de la vida diaria (AVD’S).
En esa cooperación cerebro-SN, es dónde aparece entonces el concepto de la integración sensorial (IS). Este concepto es definido como la capacidad que posee el sistema nervioso central (SNC) de interpretar y organizar la información captada por los diversos órganos sensoriales del cuerpo. Esta información, la cual recibe el cerebro, es analizada y utilizada para permitirnos entrar en contacto con nuestro ambiente y responder adecuadamente (respuesta adaptativa).
Entendamos un poco este enfoque…Con la IS tendremos en cuenta todos los sistemas sensoriales, pero nos centraremos en tres:
Sistema táctil (tacto): los receptores se encuentran en la piel. Función protectora y de discriminación.
Sistema propioceptivo: los receptores se localizan en las fibras musculares, articulaciones, tendones y ligamentos. Es la percepción de los movimientos y posición del cuerpo, de la dirección del movimiento y de la fuerza muscular. Gracias a dos receptores (huso neuromuscular y órgano tendinoso de Golgi) vamos a obtener información acerca del estiramiento y tensión de los músculos y vamos a formar el homúnculo en la corteza cerebral. Esto último nos dará un esquema corporal.
Sistema vestibular: los receptores se encuentran situados en la cabeza, cerca del órgano de audición. Son sensibles al movimiento de la cabeza y la gravedad. Este sistema se relaciona con el seguimiento visual, tono postural y equilibrio.
Es importante entender que no se trata de una técnica sino de un marco teórico dentro de la Terapia Ocupacional (T.O), basado en modelos neurobiológicos, que nos proporciona un nuevo modo de analizar el desempeño ocupacional.
El proceso de integración sensorial se encuentra a la base del desarrollo de la planificación motriz, del lenguaje, del bienestar emotivo y del desarrollo cognitivo.
Un desorden en el proceso de la integración sensorial tendrá un impacto sobre:
- El mecanismo de regulación del estado de alerta
- Nuestras acciones
- Conducta
En términos de neurociencia, sabemos que hay una organización jerárquica, en la que existe una interrelación entre el funcionamiento de las estructuras subcorticales más primarias y la actividad de los niveles corticales superiores. Por ello, es necesario activar zonas subcorticales que son necesarias en el procesamiento de la información. Zonas como el Cuerpo Calloso (que hace posible el desarrollo óptimo de las conexiones interhemisféricos necesarias para el procesamiento neurosensorial), el Cerebelo y el Sistema Límbico (implicado en la regulación de las emociones) ya que, si eso falla, a pesar de tener bien desarrollada la corteza, no van a ser niños eficaces.
Es decir, para poder tener una buena conducta y ser consciente de mis respuestas (a nivel cortical), primero necesito tener un procesamiento sensorial adecuado a nivel subcortical.
Esto es tan relevante en relación a la integración sensorial por qué la eficacia del funcionamiento de los sistemas sensoriales depende del desarrollo de estructuras conectivas dentro del cerebro.
Todos podemos presentar algún problema sensorial, pero mientras esto no nos limite y mantengamos la funcionalidad en las AVD’S, no tiene porqué ser tratado.
Cada uno de nosotros tenemos un perfil sensorial ( hay personas que disfrutan leyendo y otras realizando deportes extremos) por lo que todos tenemos estrategias personales para regular nuestro estado de alerta e intentar mantener un equilibrio sensorial: mascar chicle, fumar, mordernos las uñas...
Cuando un niño está buscando esta regulación podremos observar: perretas, chuparse el dedo, auto-agresión, moverse, saltar...
Explicaba Greenspan & Wieder que “una buena integración sensorial nos permite alcanzar y mantener un estado de homeostasis que llamamos regulación. A medida que el ambiente nos ofrece estímulos sensoriales, aprendemos cuáles de esos estímulos nos hacen sentir bien, cuál es el tipo de información sensorial con la que necesitamos sintonizarnos y cuál necesitamos filtrar. Este proceso es necesario para alcanzar un estado de alerta que sea organizador, calmante y por lo tanto, regulador.”
Signos de que algo puede estar fallando en el equilibrio sensorial:
- ¿Se mete cosas en la boca?
- ¿Tiene perretas?
- ¿Parece desobediente?
- ¿Parece no prestar atención?
- No come bien
- Es muy irritable, no tiene una rutina de sueño
- No juega con sus iguales
- Observar también al niño en diferentes entornos ¿Es muy diferente su conducta en casa y en el colegio?
Desde T.O contemplamos todo lo que rodea al niño ya que a veces, el problema está en un entorno que provee pocas oportunidades de aprendizaje o con unas exigencias muy altas. A veces el problema del niño es menor pero el entorno lo magnifica.
-¿Problema de aprendizaje o problema de enseñanza?
-¿Problema de desarrollo o falta de oportunidades en el entorno?
-¿Problemas de conducta o exigencias desmesuradas o incomprendidas?
Cuando las caracteristicas sensoriales de estas tres áreas están en sintonía alcanzamos una sensación de equilibrio: Equilibrio sensorial.
Hoy en día, para lograr una intervención efectiva, es muy importante tener una visión completa del ser humano. En el ámbito sanitario toma aún mayor relevancia ya que debemos entender que la persona es un conjunto de diferentes elementos que interactúan entre sí. Esto es una de las razones por las que desde Avanzo llevamos a cabo una intervención INTERDISCIPLINAR. Dónde se tenga una percepción global del niño. Desglosando cada área en la que presenta disfunciones o déficits, para intervenir con el profesional correspondiente, pero siguiendo éstos la misma línea de intervención. Una línea muy marcada por la comunicación y la colaboración, ya que el objetivo final es común: alcanzar el máximo grado de funcionalidad posible.
Por ello, y al tener esta visión holística, hay veces que a pesar de que lo que observamos son, por ejemplo, conductas disruptivas, debemos tener en cuenta la posibilidad de que esto no sea más que la forma de expresión de algo que puede tener un origen interno. Por ejemplo: vemos un niño irascible, que responde con agresividad cuando le tocan…pues bien, esto es una forma de expresión de la defensividad táctil. No es que tu hijo se porte mal o sea “arisco” es que su SNC está registrando más información de lo normal. Lo que para ti es agradable, a él puede resultarle molesto. Muestra respuestas desmedidas, por lo que no presenta una respuesta adaptativa.
Un factor muy importante es la motivación interna del niño ya que esto favorece la neuroplasticidad. Por eso se interviene siempre a través de ella. Además, las experiencias ricas en input sensorial producen cambios en el SNC.
La neuroplasticidad es el eje central de la teoría de la IS. Existe amplia evidencia en la literatura de la neurociencia: involucrarse activamente en ocupaciones sensorio-motoras mejora la neuroplasticidad y mejora la resolución de problemas, el aprendizaje y la memoria. (Lane & Schaaf, 2010. AJOT)
El aprendizaje se lleva a cabo de manera secuencial:
1º habilidad para captar la información del ambiente y de los movimientos de su cuerpo.
2º capacidad para tratar e integrar dicha información dentro del SNC
3º habilidad para utilizar esa información para planificar y organizar el desempeño ocupacional
Para comprenderlo mejor lo desglosaremos por niveles.
Primer nivel: experiencias táctiles, vestibulares y propioceptivas ejercen una influencia primordial en el desarrollo del control de los movimientos del cuerpo.
- Movimiento de los ojos, postura, equilibrio, tono muscular, seguridad gravitacional, succión, alimentación, relación madre-hijo, confort táctil
Segundo nivel: el niño desarrolla habilidades más refinadas. Gracias al desarrollo de su esquema corporal, planifica mejor sus movimientos.
- Esquema corporal, coordinación de los 2 lados del cuerpo, planificación motora, nivel de actividad, capacidad de atención, estabilidad emocional.
Tercer nivel: la actividad con meta toma cada vez más protagonismo en la vida del niño.
- Habla, lenguaje, coordinación ojo-mano, percepción visual, actividad significativa
Cuarto nivel: es el resultado de un buen desarrollo de la integración sensorial en los niveles anteriores.
- Concentración, organización, autoestima, autocontrol, autoconfianza, aprendizaje, actividades de la vida diaria, razonamiento abstracto, lateralidad.
El terapeuta ocupacional puede intervenir en varios contextos:
- Terapia directa en sala de Terapia Ocupacional
- Recomendaciones para el hogar y diseño de dietas sensoriales
- Colaboración con otros profesionales que trabajan con el niño. Por ejemplo, llevando a cabo recomendaciones y adaptaciones para el colegio.
Este tipo de enfoque es usado, por ejemplo, en trastornos como TEA, ya que requieren una visión global y holística de la persona para favorecer un desarrollo óptimo (no decimos bueno ya que este término siempre dependerá del niño y sus expectativas de evolución)
Una dificultad de integración sensorial produce problemas para participar adecuadamente en las ocupaciones diarias. Las personas cercanas al niño hablarán de problemas de:
- Conducta
- Atención
- Movimiento y coordinación
- Interacciones con los demás
- Organización
- Regulación emocional
Bibliografía:
Ayres, A. J. (1979), Sensory Integration and the Child, Western Psychological Services, Los Ángeles.
Blanche, E. I., Botticelli, T. M., Hallway, M. K. (1995), Combining Neurodevelopmental Treatment and Sensory Integration Principles: An approach to Pediatric Therapy, Therapy Skill Builders, San Antonio.
Smith, S.A., Press, B., Koenig, K.P., & Kinnealey, M. (2005). Effects of sensory integration intervention on self-stimulating and self-injurious behaviours. American Journal of Occupational Therapy, 59, 418-425.
Greenspan, S.I., Wieder, S. (2006). El Niño con Necesidades Especiales. Bethesda: The Interdisciplinary Council on Learning and Developmental Disabilities. Miller, L. J., Anzalone, M.
E., Lane, S. J., Cermak, S. A., Osten, E. T. (2007). Concept Evolution in Sensory Integration: A Proposed Nosology for Diagnosis. The American Journal of Occupational Therapy, 61, 135-139
http://centrojom.es/neurodesarrollo/neurodesarrollo.html