Guía práctica para mejorar el estudio.
1. ESTIMULAR LA MEMORIA
Nuestra capacidad para codificar, almacenar y recordar información previamente aprendida es limitada. A veces nos quejamos de despistes frecuentes, fallos y dificultad para acordamos de la información que hemos estudiado, nos han explicado en clase o simplemente nos han contado y nos decimos a nosotros mismos “no tengo buena memoria”, “me cuesta memorizar”, etc… Esto no tiene por qué ser así y mucho menos conformarnos con esa idea o considerarla como un rasgo propio, puesto que podemos mejorar nuestra capacidad de memorización mediante la incorporación de pautas adecuadas orientadas a favorecer al máximo nuestras capacidades retentivas.
PAUTAS QUE FAVORECEN LOS PROCESOS DE MEMORIZACIÓN:
- “Mentalidad positiva”: nuestra forma de pensar influye en nuestras emociones y en nuestra percepción de autoeficacia, si pensamos que no seremos capaces de alcanzar un objetivo nuestro cerebro puede bloquearse. Cuando esto ocurre aparecen en escena el estrés y la ansiedad que van a influir negativamente en nuestra memoria. Por tanto, debemos intentar pensar de manera positiva ya que siempre existen alternativas eficaces para mejorar, superar nuestras dificultades y aumentar nuestro rendimiento mental.
RECORDAD: “yo puedo”, “yo intento” y “yo consigo”.
- Haz ejercicio: el ser humano es un ser motor (recordamos mejor lo que hacemos “movimiento” que lo que pensamos “cognitivo”). El simple hecho de caminar y movernos oxigena nuestro cerebro y nos prepara para el aprendizaje, por lo tanto, es recomendable poder hacer un ratito de ejercicio antes de ponernos a estudiar. Por ejemplo, dar un paseo, ir caminando hacia la biblioteca, etc.
- Ambiente adecuado: es muy importante mantener en orden nuestro lugar de estudio o trabajo, que éste sea tranquilo, sin ruidos ni distracciones, bien iluminado y cómodo. Debemos evitar tener cerca dispositivos tecnológicos como el móvil, tablet, etc… y en caso de precisar ordenador usarlo únicamente como buscador de información o redacción.
- Planificación del horario: el saber “qué es lo que tengo que hacer hoy”, facilita al cerebro su capacidad de concentración y eficacia e inicia la puesta en marcha de todos los recursos necesarios para conseguirlo. Reducir la incertidumbre en el estudio es fundamental para dirigir nuestra conducta a un fin concreto. A través de la planificación somos capaces de organizar tanto el contenido (qué voy a estudiar hoy) como el tiempo que voy a necesitar para conseguirlo (2 horas, 3, etc.).
Resulta más eficaz marcar objetivos a corto plazo cuyo cumplimiento nos conduce a conseguir un objetivo final (preparar un examen de varios temas), cada objetivo cumplido es un éxito en sí, de este modo la motivación crece por lo que mi probabilidad de éxito aumenta positivamente.
A mayor frecuencia en nuestras repeticiones (repasar lo estudiado anteriormente) mayor fijación de información y por lo tanto favorezco el acceso al recuerdo con mayor precisión.
- Evita distracciones. “No caer en la tentación”: somos conscientes de que el mero hecho de tener nuestro teléfono móvil cerca cuando estudiamos, aunque sea en “silencio”, es un motivo para que el cerebro desvíe su atención hacia él y descuide el estudio alternando sus recursos limitados en ambas tareas. En este caso nuestro sistema de alerta se mantiene activado por la posible llegada de una llamada, mensaje o notificación, con lo cual nuestra capacidad de atención sostenida e inhibición es menos eficaz por la necesidad de “estar en todo”. Para evitar interferencias se recomienda apagar el móvil o dejarlo lejos de nuestro alcance el tiempo necesario para cumplir nuestro objetivo de estudio diario.
- Dormir es el mejor ejercicio y facilita el recuerdo: toda la materia que se repase justo antes de dormir, (debe ser lo más próximo posible al sueño), lo recordaremos bastante bien al día siguiente, puesto que cuando dormimos el cerebro consolida los aprendizajes del día anterior.
- Elaboración propia: todo el material que nos facilitan en clase es importante para el estudio, pero no debemos conformarnos solo con ello. Leer y subrayar es necesario, pero no suficiente, tenemos que “crear” nuestros propios esquemas y resúmenes, darles un toque personal a nuestros apuntes, anotaciones, dibujos, etc.
Imagina que te gustaría aprender a hacer un bizcocho ¿crees que sabrás hacerlo solo leyendo la receta? o ¿poniendo en práctica todos los pasos a seguir: para su elaboración?: comprar los ingredientes, seguir las pautas para la preparación, meterlo al horno, estar atentos al tiempo de cocción etc., la respuesta es obvia, ¿verdad?
- La música como cómplice: la música puede ser un aliado para mejorar nuestra capacidad de concentración, por ello se recomienda beneficioso escuchar música suave a un volumen adecuado y preferiblemente con los auriculares, puesto que así reduciremos la incertidumbre del entorno y nos concentraremos mejor.
- Técnicas de relajación: el entrenamiento en este tipo de técnicas es un gran aliado para combatir los estados de estrés y ansiedad, así como la puesta en práctica de estrategias de respiración abdominal y profunda. Para obtener resultados positivos se requiere de entrenamiento y constancia.
2. PRINCIPALES REGLAS MNEMOTÉCNICAS:
- Piensa con imágenes: cuando estudiamos podemos sacar partido de nuestra capacidad imaginativa, tenemos la ventaja de que el ser humano está continuamente pensando en “algo”, por lo tanto, si la información que estudiamos la acompañamos de imágenes, de rasgos exagerados o detalles llamativos (en ocasiones lo hacemos de manera automática), estaremos aumentando las vías que facilitan el recuerdo. Uno ejemplo de esta estrategia sería imaginar un personaje histórico con rasgos que definan sus hazañas “cara de…”, “fuerte” o imaginar hechos históricos como si fueran una película.
- Método de los lugares: la asociación de la información con espacios concretos, permite el recuerdo a través de nuestra capacidad de ubicación espacial, puedes organizar palabras importantes o contenidos que has de memorizar junto con un lugar, habitación u objeto, del entorno familiar.
- Historia y/o relato: este método sencillo consiste en construir una historia breve introduciendo las palabras “Clave” que debemos recordar, como parte del relato. En este caso el orden no es importante a no ser que debamos estudiarlas en como elementos de una serie ordenada, podemos distribuirlas como consideremos, pero eso si deben estar todas incluidas.
- Conversión numérica: este método es especialmente útil cuando debemos memorizar fechas, consiste en atribuir a cada número su correspondiente letra siguiendo el orden alfabético por ejemplo 1931: AICA.
- Longitud de palabras: es útil para memorizar números largos, consiste en sustituir los números por palabras que contengan la misma cantidad de letras. Ejemplo: 3536, LOS MARES SON AZULES.
- Método de la cadena: relacionar una lista de palabras de un resumen o esquema mediante frases facilitadoras a modo de “CLAVE”.
- Rimas: el uso de las rimas favorece el recuerdo por similitud fonética.
- Asociación significativa “adornos”: cada vez que una información se asocia a datos significativos para nosotros, como por ejemplo mismo nombre que…, ciudad, número de…, fecha de mi …, favorecemos la capacidad para memorizar y posteriormente evocar información por el conocido efecto de familiaridad.
- Palabras “gancho”: consiste en crear una palabra nueva a partir de las silabas del grupo de palabras que quiero modificar, por ejemplo: para recordar las capitales de Castilla y León: León, Burgos, Ávila, Valladolid, Zamora, Salamanca, Palencia, Segovia, Soria y Zaragoza. Utilizaremos la palabra “inventada”: lebuvasa pasesoza.
3-SER CREATIVO:
¿Conoces técnicas diferentes que nos ayudarían a mejorar nuestra capacidad para memorizar? ¿tienes alguna idea nueva al respecto?, ¿tienes algún truco propio que te dé resultado? Nos interesa tu punto de vista: